Enseñanza de habilidades
3.1
Habilidades receptivas y de producción
Son varios los pasos que
tienen lugar en la comprensión de un mensaje oral. Así para Douglas McKeating
(1981: 60), descodificar lo que oímos supone
1. reconocerlo como significativo y
entenderlo;
2. retenerlo en la memoria corta el tiempo
suficiente para que pueda
3. relacionarse con lo que ha precedido y/o
con lo siguiente;
4. almacenarlo en la memoria larga y del que
luego sólo recordaremos lo esencial.
Las tres primeras fases
suponen no sólo el reconocimiento del significado léxico sino también la
percepción de fenómenos gramaticales como el orden de las palabras, las formas
verbales, los distintos tipos de oraciones, los conectores, los fenómenos
suprasegmentales (acento, ritmo, entonación), etc., todo lo cual ocurre, si no
simultáneamente, sí con mucha rapidez.
Esta descripción lingüística
del proceso de comprensión no oculta, sin embargo, su gran complejidad que, en
gran parte, se ve reducida debido a nuestra capacidad de adivinación de lo que
quiere decir nuestro interlocutor y a nuestra capacidad de seleccionar lo que
más nos importa oír. Como se sabe, la redundancia del lenguaje así como el
co-texto o contexto lingüístico, hace que podamos comprender mensajes
incompletos, o incluso predecir el final de un mensaje sin correr el riesgo de
equivocarnos. Cuando sólo oímos lo que nos interesa, podemos “desconectar”
porque nuestra capacidad de predecir nos indica qué es lo que viene a
continuación. Pero escuchar con atención tiene también sus ventajas porque a
veces no acertamos en nuestras predicciones y nos vemos obligados a modificar
nuestras expectativas a la luz de lo que oímos.
Se puede decir que
básicamente la percepción de textos orales en la vida real tiene lugar de dos
maneras: a) de forma casual, sin prestar mucha atención a lo que oímos; por
ejemplo, cuando está encendida la radio mientras nos arreglan el pelo en la peluquería
y b) fijándonos en lo que oímos para extraer una determinada información que
necesitamos, como cuando alguien escucha el parte meteorológico porque quiere
saber qué tiempo va a hacer el próximo fin de semana. “Oímos de forma incluso
involuntaria. Escuchamos conscientemente y con un propósito”, dice E. Martín
Peris (1991:17), quien amplía así el sentido de estas palabras:
Un paso más allá de la
percepción está la escucha: podemos estar presentes en una tertulia, y no
prestarle atención; podemos estar percibiendo lo que se dice, pero no estar
escuchándolo: Si damos el paso a la actividad de escuchar, entonces nos guiamos
por un objetivo concreto, buscamos algo en particular. Y ello es así aún en el
caso de que estemos movidos por la simple curiosidad; en efecto, desde e
momento en que nos ponemos a escuchar, lo hacemos atentamente, y fijamos
nuestra atención en aspectos particulares, que pueden ser múltiples y diversos,
pero que reflejan una selección, producto de un interés.
3.2
Elaboración de materiales
Diseñar es crear, construir
o edificar algo con la meta de satisfacer o cubrir una necesidad del mejor modo
posible. En el caso del material didáctico, es importante tomar en cuenta que
el material sea útil con relación a la mejor comprensión de un concepto,
principio o hecho de la materia o asignatura dentro de un contenido de
estudio. Para que esto sea eficiente (el
material didáctico), ha de precisarse el objetivo que se persigue en relación
con el contenido en cuestión, el nivel de aprendizaje o grado de profundidad
del mismo, el usuario, estudiante o aprendiz y el papel que jugará el docente
con respecto al propio material. El
objetivo se refiere a lo que se precisa aprender de todo lo presentado en los
contenidos, qué es lo más relevante.
En cuanto al nivel de
aprendizaje o grado de profundidad de éste, significa establecer qué
posibilidad del manejo de la información se está buscando, si es sólo uno
superficial como los datos, fechas o ubicaciones, se trata del análisis de las
relaciones existentes entre los diversos componentes que conforman una
estructura concreta u abstracta.
El aprendiz, estudiante o
usuario puede presentar características tales como la edad, aprendizajes
previos incipientes o más especializados. Si posee características físicas
completas o no, o tiene algún déficit en algún sentido.
Todo lo descrito será la
causa que precise la acción del docente. Como guía o modelo del manejo, diseño,
desarrollo o uso del material didáctico.
María Montessori recomienda
que los materiales sean cuidadosamente diseñados, atractivos, sencillos, del
tamaño del niño, con su propio control de error, deben progresar de lo sencillo
a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto y estar confeccionados para que el
estudiante encuentre en ellos sólo una dificultad por solucionar y no muchas.
Los materiales didácticos deben estar diseñados cuidadosamente para que los
errores, al igual que los éxitos resulten evidentes.
Decroly expone tres bases
importantes para tipos de recursos que se deben utilizar en el proceso
educativo:
1. Los materiales palpables,
accesibles a los sentidos, para lograr el desarrollo de una percepción o
impresión.
2. Los materiales abstractos
con recuerdos, imágenes, textos, para llegar a ideas más generales.
3. Las manifestaciones del
pensamiento, sea por la apropiación de la materia por trabajos manuales o por
el lenguaje gráfico hablado.
3.3
Tipos de actividades y tareas
Actividades
de introducción y motivación. Este tipo de actividades
encabeza la secuencia metodológica de una unidad didáctica y pretende ofrecer
un contexto de significación a los contenidos que van a trabajarse, es decir,
propone una tarea que sitúa éstos en las coordenadas que les confieren sentido
y utilidad, una situación que despierte el interés y la curiosidad de los
alumnos hacia el objeto de estudio o un ejemplo de la relevancia, aplicación,
actualidad o utilidad del mismo. Estas actividades puede adquirir cualquier
formato y cualquier nivel de complejidad: una simple pregunta (¿por qué no hay
flores verdes?, si vamos a hablar de la clorofila y su función en la
respiración de las plantas.), un debate (la movida o el derecho a divertirse de
unos y el derecho de otros a descansar, para trabajar la cuestión de los
derechos de las mayorías y de las minorías en el tema de justicia e igualdad en
ética), una dramatización (simulación de un programa de televisión de corte
exotérico -horóscopos, brujas, etc.- para hacer preguntas en futuro al objeto
de explicar el modal “will” en inglés), la observación de un fenómeno,
directamente o a través de imágenes o de su descripción (lectura de recortes de
prensa sobre conflictos bélicos de actualidad para analizarlas causas que
inician y mantienen las guerras y cómo se concretan en otros conflictos
históricos; hacer jabón con aceite usado y sosa para explicar ciertas
reacciones químicas; etc.) o cualquier actividad de papel y lápiz que pueda
provocar interés y ofrezca ese contexto donde los contenidos que vamos a
ofrecer a continuación adquieran significado.
Actividades
relacionadas con las ideas previas. Estas tareas buscan que
los alumnos expliciten y tomen conciencia de lo que saben, piensan, creen,
sienten o han vivido previamente en relación al objeto de estudio de nuestra
unidad didáctica. El aprendizaje significativo se posibilita cuando el sujeto
que aprende establece una relación con sentido, no arbitraria, entre la nueva
información que le llega y la que ya dispone en su estructura cognitiva; esta
información ya presente no se circunscribe al conocimiento escolar que le ha
sido ofrecido a lo largo de la escolaridad, sino que abarca todo el conjunto de
experiencias, creencias, prejuicios, mitos, vivencias, etc. que le ha ido
configurando una forma de interpretar el mundo, una estructura mental que
utilizamos todos para dar significado a cada dato que observamos, a cada idea
que escuchamos o a cada suceso que vivimos. Es como el diccionario que
utilizamos para interpretar todo lo que sucede a nuestro alrededor, toda la
información que nos llega.
Actividades
de desarrollo. Constituyen el grueso de la secuencia
didáctica, ya que su función es la de permitir a los alumnos el desarrollo de
los objetivos mediante el trabajo adecuado con los contenidos previstos en la
misma. Hasta ahora, las actividades descritas han ido preparando el terreno
para la adquisición de los aprendizajes seleccionados. Por tanto, las
actividades de desarrollo tendrán que cubrir todos los contenidos y objetivos
contemplados y habrán de establecer la secuencia u orden más adecuado para
facilitar su comprensión y apropiación.

Actividades
de consolidación. Alude a tareas de recapitulación de lo
aprendido hasta el momento. Busca consolidar aprendizajes y facilitar el
proceso de reestructuración de las ideas de los alumnos que, presumiblemente,
se han visto modificadas a través de las actividades de desarrollo.
Generalmente vamos tan deprisa cuando trabajamos la programación que pasamos de
una unidad a otra sin dedicar un espacio a recapitular los aprendizajes
realizados. Realizar actividades de consolidación , que pueden concretarse en
una actividad de aplicación, un debate final, una exposición, la construcción
de algo o cualquier tipo de tarea que suponga la puesta en funcionamiento de
los aprendizajes realizados, además de servir para afianzar éstos, permite a
los alumnos obtener una sensación de logro que predispone positivamente hacia
el aprendizaje. Si la actividad de recapitulación nos informa de que no se han
adquirido convenientemente los aprendizajes buscados, bien en algunos alumnos o
en toda la clase, habrá que tomar las medidas oportunas para subsanar estas
dificultades.

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